«La llamada de Cthulhu» es un relato que se desarrolla a través de los registros y testimonios encontrados por el protagonista, quien se sumerge en una investigación que revela una oscura y aterradora verdad sobre la existencia de una antigua deidad y los cultos que la adoran.

El relato comienza con el hallazgo de una caja llena de notas, diarios y recortes de periódico que pertenecieron a Francis Wayland Thurston, un hombre obsesionado con la historia de su familia. A medida que el protagonista se sumerge en estos documentos, se encuentra con una serie de relatos perturbadores que van tejiendo una red de misterio y horror.  

Todo inicia cuando nuestro protagonista recibe los archivos de su difunto tío George Gammel Angell, profesor de lenguas de la universidad de Brown, estos archivos contenían inscripciones sobre un ser cósmico llamado Cthulhu.

El primero de los relatos es el de un artista llamado Henry Anthony Wilcox, quien sufre de extrañas visiones y pesadillas recurrentes relacionadas con una ciudad sumergida y una criatura monstruosa. Estas visiones lo llevan a esculpir una estatua que representa a esta criatura, que resulta ser Cthulhu, una deidad ancestral de inmenso poder y maldad. La estatua de Wilcox es descubierta por el tío de Thurston durante una visita a Nueva Orleans.

A medida que el protagonista continúa su investigación, se topa con una serie de pistas y encuentros macabros que indican la existencia de un culto secreto dedicado a adorar a Cthulhu. Se entera de la existencia de libros prohibidos y conocimientos arcanos que desafían la comprensión humana. A través de los relatos de diferentes testigos y las notas de su tío, Thurston se adentra en una red de conspiraciones y rituales oscuros que tienen como objetivo despertar a Cthulhu de su sueño en la ciudad sumergida de R’lyeh.

A medida que profundiza en la investigación, Thurston descubre que estos cultistas están esparcidos por todo el mundo, en lugares tan remotos como Australia, Groenlandia y el Pacífico Sur. Sus rituales siniestros y sus encuentros con seres cósmicos resultan en la locura, la muerte y la desesperación para aquellos que tienen la desgracia de cruzar su camino. Thurston se enfrenta a la abrumadora realidad de que estos cultistas están dispuestos a sacrificar todo en su búsqueda por liberar a Cthulhu y desatar el caos en el mundo.

Finalmente, Thurston se embarca en una expedición para encontrar la ciudad sumergida de R’lyeh y enfrentarse a Cthulhu en un intento desesperado por detener su despertar. Sin embargo, cuando llega al lugar indicado, descubre que la ciudad ha vuelto a hundirse en las profundidades marinas, ocultando a la criatura y dejando al protagonista con un sentido abrumador de impotencia frente a las fuerzas cósmicas que desafían toda comprensión humana.

La historia concluye con Thurston reflexionando sobre la insignificancia de la humanidad frente a las vastas fuerzas del universo, y cómo el conocimiento de la existencia de estas criaturas y cultos ocultos ha dejado una marca indeleble en su mente y en la de aquellos que se aventuran en los abismos del terror cósmico. La llamada de Cthulhu revela la fragilidad de la existencia humana y la incapacidad de comprender plenamente los secretos oscuros que yacen más allá de nuestra comprensión.