El principio de la narración está narrado por el mismo Bécquer, que en una noche de difuntos sin poder dormir recuerda una tradición que oyó hace poco en Soria, por lo que se dispone a escribirla:

Se nos presenta una cacería realizada por los condes de Burgos y de Alcudiel y sus hijos en el monte de las animas, que se apresuran a regresar a la ciudad antes de que anochezca, en dicha comitiva Beatriz hija de los condes de Burgos y no nativa del lugar se queja de regresar tan pronto, por lo que Alonso, su primo hijo de los condes de Alcudiel le empieza a contar la razón del apuro al contarle sobre la leyenda que asecha el monte.

En épocas pasadas, cuando Soria fue asediada por los árabes, el rey envío a los templarios a expulsarlos, y estos hicieron su fortaleza y su iglesia en el monte de las animas para enfado de los nobles de Castilla. Empezó entonces una guerra fría entre los guerreros templarios y los nobles, que acabo trágicamente en una cacería que realizaron los nobles en el monte de las animas buscando lobos, porque esa noche ambos bandos se enfrentaron a muerte, y fueron los lobos los que tuvieron un banquete cuando nadie sobrevivió de aquella cacería. 

Ambos bandos entonces fueron enterrados en el monte, amigos juntos a enemigos, y se dice que cada noche de difuntos los cadáveres se levantan dan alaridos y lamentos por todo el monte, y la mañana siguiente es posible ver las huellas dejadas por los esqueletos. 

Así mientras cabalgan de vuelta a la ciudad Alonso le cuenta la leyenda a su prima, que se mantiene en silencio aún después de regresar a casa y encontrarse frente al fuego.

Por la narración de Alonso también entendemos que Beatriz viene de la corte Francesa, y que solo llego a Castilla para recuperarse de una enfermedad, enfermedad que ya supero por lo que planea regresar a Francia. 

Su primo entendiendo que probablemente sea una de las últimas noches que este junto a ella, le obsequia un joyel que su madre uso en su matrimonio, pero ella se niega a aceptarlo puesto que dice que una prenda recibida significa compromiso. Aún así Alonso insiste pidiéndole que lo reciba como un presente por ser el día de los difuntos, ella acepta silenciosa, y Alonso le pide que también le dejé un recuerdo a él, sin atar la voluntad. 

Es entonces cuando Beatriz recupera el habla, cómo si lo hubiera planeado con anterioridad, y le dice que planeaba dejarle la cinta que amarraba su cabello, pero que hoy justo la perdió, Alonso se ofrece inmediatamente a buscarla, pero se queda helado cuando ella le dice que la perdió en el monte de las animas; el intenta negarse a tal petición, pues cualquier otro día correría a buscarla, porque esa noche era la noche de difuntos, pero ante la insistencia de Beatriz ignora su temor y corre al monte de las animas.

Ya de noche, cuando Alonso aún no volvía, Beatriz está en su habitación preocupada y asustada, su primo ya debería de haber regresado, empezó entonces a escuchar susurros que parecían decir su nombre, pero intento calmarse creyendo que era el viento. Poco a poco fue escuchando unos pasos que parecían abrir todas las puertas en orden hasta llegar a la suya, se dijo así misma tonta, por asustarse como la gente de Castilla, pero no podía seguir creyendo que todo era imaginación porque la puerta de su habitación fue abierta y escucho con claridad unos pasos que se arrastraban hasta ella; asustada se escondió debajo de sus mantas y espero y espero.

 Así paso la noche hasta que amaneció, cuando Beatriz vio la claridad del día se rio de si misma por su temor, pero inmediatamente se quedo petrificada al ver sobre su cama la cinta que Alonso había ido a buscar ensangrentada y desgarrada.

Cuando la servidumbre fue a su habitación a contarle la horrible noticia de que habían encontrado en cuerpo de Alonso devorado por los lobos, la encontraron con la cara desencanjada de terror y muerta.

Tiempo después un cazador que se quedó encerrado en el monte de las animas el día de todo los muertos pudo contar antes de morir, que vio a los cadáveres de los templarios y a los de los nobles de Castilla levantarse y que también vio a una hermosa mujer sin cabello, perseguida por caballos y dando alaridos alrededor de la tumba de Alonso.